Cuando todo gira, sostenernos desde el cuerpo
- Carla Lescano
- 27 jun
- 1 Min. de lectura
El afuera se acelera, las certezas se diluyen y adentro… algo también se mueve. Podríamos llamarlo caos, transformación o simplemente vida. Pero lo cierto es que hay algo que ya no es igual porque se movió.
En el universo, esos giros no son fallos ni casuales: son parte del diseño mismo. Las estrellas nacen en medio de nubes de polvo, algunas galaxias se forman en espirales, y la destrucción de un cuerpo celeste puede generar y repercutir en nuevas formaciones.
Los vórtices no son desórdenes: son sistemas complejos en movimiento. A veces confundimos intensidad con confusión, ¿te sucede?, pero lo que está pasando, tal vez, es que estamos cambiando de forma, mutando, transformando. En esos momentos, el cuerpo puede ser refugio, escucharnos desde el cuerpo para ser refugio. Ser ancla, brújula y mapa.
Por eso, en Danzando en el Vórtice, no buscamos ordenar el caos, sino habitarlo con presencia, darle espacio al movimiento que ya está sucediendo. Transformar lo que agita en algo que también revela, nutre y conecta.
De esta manera, en ese atravesar algo se acomoda diferente... algo encuentra un nuevo centro, nuevos centros a ser habitados.
🌀 El vórtice ya está en marcha...
Podés elegir entrar con conciencia y habitarte desde ser cuerpo, ser danza...
Y recordar, que cuando todo gira, nos podemos sostener desde el cuerpo, desde nuestro sí-mismo.
¡Vamos a disfrutar un hermoso momento!👍